miércoles, 26 de marzo de 2014

Un joven pegado a una pelota de cuero.

Por Daiana García. (14-7-2013)
Franco disputando una pelota con Daniel "el Rolfi" Montenegro. 
Tiene 18 años y juega en las inferiores de uno de los clubes más grandes de la Argentina. Franco Nicolás Simic es un futbolista joven, que se esfuerza por cumplir el sueño de llegar a primera división y darle todo a su familia.

Luego de pasar por varios clubes, llegó a Independiente de Avellaneda de la mano de sus representantes. Hoy, hace dos años que vive en la pensión del club junto a más de sesenta jóvenes. Si bien le costó adaptarse, Franco es partidario de que no se logra nada sin sacrificio.


Se siente feliz por la buena gente que lo rodea, dice que le hacen sentir como en su casa. El marcador central, antes había jugado en Quilmes, de donde decidió irse porque pasaba hambre, se le inundaba la pieza y, en una oportunidad, le habían robado. 

Pero después de esa mala experiencia, tuvo su recompensa jugando en Talleres de Mar del Plata, club en el que se destacó por su juego y del que conserva muchos amigos.

Amante de la redonda, cuando no está entrenando la mira a través de una pantalla. El único lugar en el que no le gusta estar es cuando tiene que alcanzar pelotas porque le dan ganas de entrar y ponerse a jugar.

Franco admira el juego de Carles Puyol, el compañero de Messi en el Barcelona. Pero a la hora de hablar de ídolos en su vida, su papá se lleva todos los premios. Lo califica como su ejemplo a seguir, dejando a la luz ese niño que lleva en su interior, y que aún no terminó de crecer.

La violencia en el fútbol lo aleja de las tribunas. En un principio iban a ver a la primera, pero por temor, ya no los dejan. Pese al mal momento que pasa el club, el Balcarceño se encuentra feliz y motivado de vestir los colores del rojo.

El factor más difícil que le cuesta atravesar, es la distancia con su familia y amigos. Admite que por momentos se pregunta si es lo que realmente quiere y si algún día va a llegar a la cima. Pero su familia se encuentra siempre al otro lado del teléfono para darle su apoyo, y cada fin de semana libre es su escapada para visitarlos.

El nivel de las inferiores es muy competitivo. Los jóvenes tienen que rendir al 100% y mostrar sus habilidades para no perder el puesto. Pese a eso, la relación con sus compañeros es muy buena, y solo ha tenido pequeñas peleas, producto de la convivencia multitudinaria.

Un momento gratificante en la vida de estos jóvenes, es el entrenamiento con los mayores, con aquellos que muchas veces admiraron a través del televisor. Franco ha jugado varias veces frente a ellos, incluso se atrevió a entrarle fuerte a Luciano Leguizamón. El jugador de primera se enojó, pero cuenta que no pasó a mayores.

Franco Simic es un ejemplo de aquellos chicos que dejan todo por su sueño. Con su mayoría de edad recién cumplida, crece y se esfuerza por superarse día a día. Todavía es joven, y le aguarda un futuro brillante con su pie pegado a una pelota.

Consejo para los que quieren jugar al fútbol

Ante la pregunta, Franco respondió que, un chico que quiere insertarse en el mundo del fútbol, tiene que luchar por lo que quiere, que nadie le diga que no puede hacerlo. Remarcó que sin sacrificio no se logra nada, que muchos ven los logros, pero no el esfuerzo que hicieron para llegar ahí.

Franco, la persona sin pelota.


Franco Nicolás Simic nació un 1 de junio de 1995, en Balcarce, provincia de Buenos Aires. Mide 1 metro 81 centímetros, y pesa 71 kilos.
En su tiempo libre le gusta entrenar por cuenta propia, ir al cine o dormir la siesta. A la hora de escuchar música, le gusta cualquiera que esté de moda, aunque sus compañeros casi que lo obligan a escuchar cumbia santafesina.
En su cuerpo tiene tres tatuajes. Uno en cada brazo, con los nombres de sus papás (Gabriel y Cristina). Dice que de esa manera, siente que siempre los tiene cerca. Y uno en la espalda, un ángel guardián que lo protege.